La necesidad de cambiar surge dentro de nosotros mismos y en casos como el que comentas primero hay que aceptar que se tiene un problema y luego pedir ayuda, las situaciones externas pudieran en raros casos ser una motivación, pero desafortunadamente casi nunca es así.
Las adicciones que mencionas son una ENFERMEDAD que no se cura con la paternidad y depende el grado del problema y lo que se consume, será el pronóstico, SI SE SIGUE UN TRATAMIENTO y por supuesto Psicoterapia . Siempre tomando en cuenta que cada persona es diferente y que se requiere ayuda profesional, seria y experta.
Los embarazos son maravillosos sobre todo cuando son deseados por dos padres responsables y que se aman. Y en el otro extremo, lamentablemente, pueden convertirse en algo negativo para los que no están preparados para tener un hijo.
Todo niño merece la oportunidad de ser hijo de padres sanos y crecer en un entorno familiar lleno de amor y buenos ejemplos.
Los embarazos de padres adictos a cualquier fármaco, bebida o droga conllevan además un riesgo para el bebé, que puede nacer con malformaciones o con adicciones.